Voy a hablar sobre un libro
llamado “Invisible” de Eloy Moreno. Trata sobre el acoso escolar, un tipo de
discriminación que es bastante común en la etapa adolescente.
El libro trata de un niño que
cree que tiene el superpoder de ser invisible. Sin embargo, es una víctima de
acoso escolar, una discriminación directa y oculta. Tiene un entorno hostil
donde le pegan, le quitan el bocadillo, le hacen zancadillas, le meten cosas en
la cartera, etc. Podemos hablar tanto de acoso físico como psicológico. El
protagonista va quedando aislado poco a poco en su entorno debido a la
indiferencia de los demás ante la situación y esa es la razón en por la que
piensa que es invisible.
Concretamente, hay un acosador
“MM” que ha tenido una vida desestructurada tanto en los estudios como en su
vida personal. Debido a eso, busca víctimas más débiles. Podemos decir que se
mete con él porque es la representación de todo lo que él quiere ser y no
puede.
Hay varios personajes importantes
en la historia: la directora y la profesora de literatura. La primera, es
consciente de la situación, pero no quiere hacerle frente por no quitar
prestigio a su colegio; la segunda, por el contrario, intenta ayudar en lo que
puede al acosado porque ella también sufrió bullying.
El niño habla de que la sociedad
estaba llena de monstruos, no refiriéndose solo a los que acosaban sino también
a los que son conocedores de la situación y callan o les resulta indiferente las
injusticias.
La verdad que es una situación
complicada que fácilmente puede conllevar depresiones o acarrear consigo grandes
traumas tanto para el acosado como para su entorno más cercano.
Podemos concluir que todo el
mundo actúa por miedo. El acosado, tiene miedo de que le maltraten más y
empeore su situación. Es por eso por lo que se construye una coraza, el
superpoder. El acosador tiene miedo de aparentar ser débil. “La violencia siempre
un acto de debilidad y generalmente la operan quienes se sienten perdidos”. (Paul
Valéry). Por otra parte, y no menos importante, destacamos el papel de la
directora del colegio, que actúa con miedo a perder prestigio. También hay más
personajes del entorno que son conscientes, pero se paralizan ante el miedo de
ser las próximas víctimas. Y, por último, la profesora de literatura, la cual
ya se enfrentó a ese miedo cuando lo sufrió, es la que más empatiza con él y le
ayuda intentando quitar prejuicios y estereotipos en sus clases.
La adolescencia es un período
marcado por la necesidad de integrarse en la sociedad. Esto agrava más el
problema porque los compañeros buscan integrarse y lo que menos quieren es
implicarse por miedo a caer en la misma situación. Y, conforme haya más pasividad,
la situación del acosado es más inferior y temerosa.
Por tanto, las personas de alrededor son las que deben ayudar al acosado porque es más difícil salir por sus propios méritos. Y, más aún, a esa edad, con poca madurez. La directora debía haber expulsado o castigado al acosador. Deberían haber informado a los padres para intentar empatizar más con el niño. Y, la profesora de literatura, como hacía, intentaba concienciar en sus clases sobre el tema de la discriminación e intentaba frenar los abusos interfiriendo en esos momentos.
Como dijo Nelson Mandela:
“El hombre valiente no es el que no siente miedo,
sino aquel que conquista ese miedo.”
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